Todavía es temporada, así que la estoy aprovechando. ¡El pesto de ajo silvestre es totalmente irresistible! Lo pongo en todas partes, en la pasta, en las lentejas coralinas, en el pan… De nuevo, mil gracias a mi amiga Flore que me había recogido muchos ajos silvestres. No debe confundirse con el lirio de los valles (¡las hojas se parecen mucho!).