244
Con la llegada del frío, se me antoja constantemente hacer cositas deliciosas en el horno y que huelan reconfortantemente en la casa. Estos pequeños pasteles están a medio camino entre las galletas, los bollos y los flapjacks. Sin harina, sin huevo, sólo avena, trocitos de chocolate blanco y arándanos secos: ¡casi no te sientes culpable! Y con un poco de mantequilla y nata (¡al fin y al cabo este es mi blog!), se consiguen pasteles que se mantienen unidos. Los he juntado un poco al azar, pero ahora publico la receta porque sé que os interesará a muchos.
Receta para 9 galletas grandes:
-250g de avena (yo usé Quaker Oats)
-30g de polvo de almendra
-1/4 de cucharadita de levadura en polvo
-85g de azúcar blanco
-50g de mantequilla semi-salada
-115g de nata líquida
-1/2 cucharadita de vainilla líquida
-110g de chips de chocolate blanco
-75g de arándanos secos
Mezclar la almendra en polvo, el azúcar moreno, la levadura en polvo y la harina de avena.
Tomé la marca Quaker Oats. Quiero dejar esto claro porque si se utiliza harina de avena grande, su capacidad de absorción será diferente y las proporciones no serán las mismas.
Añadir la mantequilla blanda semi-salada y mezclar de nuevo. Yo uso la «K» de mi kitchenaid.
Añadir la nata líquida y la vainilla líquida.
Mezclar hasta que esté bien incorporado. Cuanto más se mezcle, más homogénea será la masa: la avena se humedece. No dude en remover durante 2-3 minutos.
Añade los arándanos secos y las pepitas de chocolate blanco.
Mezclar de nuevo durante un minuto.
Dividir la masa en 9 o 10 bolas bien redondeadas.
A continuación, aplánelas con la palma de la mano.
Cocer en el horno precalentado a 170°C durante 35 minutos.
¡Está listo!
Guárdelos bien en una caja hermética.