- 210g de harina
- 35g de azúcar glas
- 25g de polvo de almendra
- 125 g de mantequilla blanda
- 50g de huevo
- 450 g de pulpa de calabaza cocida
- 1 lata de leche condensada azucarada (397 g)
- 2 huevos de 60 g cada uno
- 1 cucharadita de canela en polvo
- 1 media cucharadita de jengibre en polvo
- 1 media cucharadita de mezcla de pan de jengibre
- 1 buena pizca de sal
Nota de Bernard :
Una pequeña aclaración sobre la calabaza. Si no encuentras una calabaza clásica, puedes usar calabaza. Su carne, más bien harinosa, es perfecta, pero el pastel será un poco más dulce. También lo he probado con calabaza de Provenza. La carne es más jugosa y tendrás que añadir un huevo más a la receta, ¡pero funciona igual de bien! Así que no te asustes si no encuentras una calabaza pequeña.
Córtalo por la mitad.
Retirar las semillas con una cuchara.
Y pon las dos piezas boca abajo.
Introducir en el horno precalentado a 180°C.
Hornear durante 45 minutos. La calabaza se ha ablandado y está bien cocida.
Dejar enfriar, esta vez con los lados hacia arriba.
Retirar la pulpa con una cuchara.
Sacar la masa del frigorífico. Enharínalo ligeramente y colócalo sobre un trozo de papel de horno (¡es más fácil!). Empiecen a rodar.
Poner un trozo de papel de horno en el fondo del molde. Utilicé un molde con fondo desmontable para facilitar su uso. Tome un molde de 18 o 20 cm. Esto sólo cambiará el espesor de la crema.
Colocar la masa en el molde.
Rellénalo bien con la masa.
Retire el exceso de masa con un rodillo o un cuchillo.
¡Está listo! Poner en la nevera mientras se prepara el resto.
Vierta la lata de leche condensada sobre la pulpa de calabaza enfriada.
Añadir la sal, las especias y los huevos.
Mezclar bien con un batidor.
Hornear a 185°C durante 35-40 minutos.