Hace poco estuve de vacaciones en Florencia y me dijeron que la comida era buena en todos los restaurantes, incluso en los más turísticos, lo que resultó ser cierto, mucho más que en Venecia, por ejemplo, donde a veces es más bien una lotería. He descubierto un postre equivalente al que propongo aquí. Por supuesto, no tenía la receta, así que seguí mi instinto. No quería añadir gelatina ni agar-agar, y quería un postre que no fuera muy dulce con un coulis glaseado que excitara las papilas gustativas. Encontré una ricotta cremosa para este postre tan fresco, pero también funcionará con una ricotta más firme y granulosa. La crema en sí sólo destaca con la base de macarrones de almendra amarga y el coulis ácido.
¡Una nueva invitación a darse un capricho! Ésta es una receta dulce surcoreana, típica de la comida callejera y absolutamente deliciosa. Son pastelitos de hojaldre rellenos de azúcar y nueces o cacahuetes picados. Las probé en Seúl hace muchos años y me enamoré de ellas inmediatamente. La receta es sencilla de preparar, con ingredientes clásicos. El azúcar del interior se derrite durante la cocción, ¡así que tendrás que comerlos lo antes posible para disfrutar de su textura crujiente y a la vez fundente!
Como te prometí, después de las 3 recetas de smorrebrød que te he dado, aquí tienes la del pan, ¡que obviamente se puede comer para desayunar o merendar! El rugbrød, literalmente pan de centeno en danés, es un pan denso, rico en semillas y ¡absolutamente delicioso! Es muy fácil de hacer, pero tendrás que prepararla al menos 2 días antes de comerla, ya que necesita fermentar/empujarse durante la noche, y luego reposar toda la noche una vez cocida.
Un pastel de limón maravillosamente húmedo, coronado con un chantilly de limón y mascarpone. Hay muy poco dulzor en el paladar, lo que revela los exquisitos sabores de este hermoso cítrico. Por una vez, horneé el pastel en un horno sin ventilación, para mantenerlo plano y evitar que se formaran grumos en el centro.
Una receta ultra sencilla y fresca que a menudo nos recuerda a nuestra infancia. Soy muy fan del arroz con leche y de su primo, la sémola con leche. Aquí tienes una versión clásica con pasas al ron, que por supuesto puedes omitir. También te daré mi pequeño truco para mantener la textura cremosa que tanto me gusta.